Los recubrimientos antimicrobianos ganan terreno en hospitales y espacios públicos, impulsando nuevos protocolos.
La aplicación de recubrimientos antimicrobianos está marcando una nueva etapa en la limpieza profesional. Su uso se expande en hospitales, medios de transporte y edificios públicos, impulsado por la necesidad de reducir el riesgo de contaminación cruzada.
Según un informe publicado por PCI Magazine en septiembre de 2025, el mercado global de estos recubrimientos superará los 10.000 millones de dólares hacia 2032, lo que confirma su consolidación como tecnología de referencia en higiene ambiental.
Estos materiales, que incorporan iones de plata, cobre o nanopartículas fotocatalíticas, permiten que las superficies se mantengan limpias por más tiempo y reducen la frecuencia de desinfección manual.
Un análisis reciente del portal británico Dazzle London señala que oficinas, hoteles y centros de salud están adoptando esta innovación para optimizar recursos y mejorar la percepción de limpieza en espacios de alta rotación.
No obstante, la eficacia y durabilidad de los recubrimientos, junto con los procesos regulatorios vinculados al uso de biocidas, siguen siendo desafíos relevantes. De acuerdo con el reporte 2025 de Global Insight Services, el mercado de superficies autodesinfectantes crecerá de 397,8 millones de dólares en 2024 a más de 900 millones hacia 2034, un salto que evidencia tanto el interés global como la necesidad de normas técnicas claras.
Para los operadores de limpieza profesional, esta tendencia exige revisar los protocolos tradicionales y capacitar al personal en la supervisión y mantenimiento de superficies tratadas. La combinación de limpieza manual, automatización y acción pasiva de los recubrimientos redefine el concepto de higiene preventiva y abre un nuevo escenario para la gestión sustentable de espacios.




