A secar el piso

Cuándo se habla de la creatividad de los argentinos, salta a la palestra el dulce de leche, el colectivo y el bolígrafo, pero se olvida un importante elemento de limpieza. El secador de pisos, en su versión moderna de una sola pieza, fue resultado de la inventiva de un adolescente cansado de que su madre le pidiera que reparase el viejo implemento que usaba para escurrir el agua en el patio de su casa, hasta la década de 1950. Hasta entonces se utilizaba una tabla de madera con un pedazo de goma de cámara de auto y un agujero en su centro donde se encababa un mango de cepillo. Pero, debido a lo precario de su construcción era normal que se desamase y algún hombre de la casa debía acudir en auxilio para repararlo, clavo y martillo mediante. El joven matricero José Fandi, por su trabajo, visitó una pequeña fábrica de artículos en serie y, al ver cómo se trabajaba en ella, recordó el reiterado pedido de arreglo del antiguo secador por parte de su madre. Así, en 1953, ideó un elemento de una sola pieza que no se desarmaba y acoplaba con la mayor justeza posible al palo. Un amigo le prestó las máquinas y fabricó el modelo que había ideado y, al probarlo, observó que se ajustaba correctamente al mango de madera y que era más fácil de manipular que su predecesor. La prueba de calidad la hizo su madre que le dio el visto bueno que alcanzó para lanzarse a la fabricación del secador de pisos de una sola pieza con alma metálica. Su primer agente de marketing fue su propia madre que, cada vez que alguna amiga llegaba a la casa, le mostraba la novedad y la instaba para que se llevara dos o tres, lo que hacía peligrar las finanzas del joven inventor. Luego, los comenzó a vender en su barrio, pero el éxito se extendió y tuvo que ampliar su cartera de clientes a los comerciantes. De aquellos primeros modelos que entregaba su madre se llegó al punto de que hoy, según un cálculo del propio Fandi, se estarían vendiendo entre 20 y 25 millones de secadores de piso por año. Fandi, hoy directivo de la Asociación Argentina de Inventores, desarrolló casi un centenar de nuevos implementos y prevé aproximadamente otros 200 para el futuro. Varios de ellos pensados para ayudar en las tareas de limpieza diarias.