Edificios difíciles

Hay construcciones singulares por su antigüedad o características especiales que obligan a dedicar especial empeño en su mantenimiento o limpieza. Las características de ciertas edificaciones dificultan el trabajo y requieren de profesionales con mucha experiencia, maquinaria, equipos y productos especiales para su mantenimiento, pero los resultados son espectaculares y recompensan los esfuerzos. Se deben encarar muchos los trabajos para mantener esos edificios singulares en perfecto estado y son muchas las situaciones que se pueden dar y tantas las formas de resolverlas. En algunas construcciones históricas o meramente antiguas, los grandes salones o pasillos de mármol, lo primero que llama la atención es el brillo, la luz que reflejan; muchas veces estas superficies han quedado opacas y perdido la gracia y no se pone en valor la calidad de la piedra. Cuando la superficie no es totalmente lisa los rayos de luz se reflejan de forma difusa en diferentes direcciones, por lo que en vez de brillo se ven suelos apagados, muertos, que parecen sucios. Para medir el brillo de una superficie se utiliza un aparato especial de uso muy sencillo que da el dato de reflexión especular, la intensidad de luz reflejada.  Con los años, la superficie del suelo se va gastando, se llena de manchas, rayones y desperfectos microscópicos. En estos casos el cristalizado no es suficiente y se deberá realizar un diamantado. Este proceso no es muy complicado pero sí muy laborioso, lo deben realizar especialistas, ya que requiere experiencia, paciencia y seguir todos los procesos sin saltarse ninguno. Para empezar, muchas veces en este tipo de edificios está la dificultad de tener que mover grandes muebles, mesas pesadas, sillones y decoración de alto valor, por lo que deberá intervenir un equipo que retire todo lo que pueda dificultar el trabajo o corra riesgo de sufrir daños, muchas veces obras de arte u objetos valiosos que requerirán mucha atención. Antes del trabajo habrá que buscar un lugar donde depositar todo este mobiliario y tapar todas las superficies que puedan ser dañadas por los golpes de la maquinaria, salpicaduras de los productos o golpes involuntarios de los operarios.   29 de diciembre de 2016 – ep