Piletas limpias, en verano

La llegada del verano implica el inicio de la temporada de pileta y, con ella, la necesidad de limpiarla, algo menos sencillo que lo que parece. Los usuarios de las piletas son los principales causantes de su contaminación, al añadirles entre 1.000.000 y 1.000.000.000 de microorganismos al agua, que contiene microorganismos por si misma. Por eso, se debe añadir un desinfectante para matar los microorganismos patogénicos. Los desinfectantes utilizados en las piscinas deben de cumplir ciertos requisitos: no deben ser dañinos; no deben de producir efectos como irritación de ojos y piel; deben ser agentes activos a bajas concentraciones; su actividad debe ser constante en el tiempo; tienen que ser fáciles de identificar y medir, y seguros en su utilización. Al contrario que los desinfectantes utilizados en el agua destinada a consumo humano, los usados para piletas deben de ser activos en la propia piscina, debido a que hay una fuente permanente de contaminación y microorganismos en estas aguas. Por eso, el agua tiene que tener una concentración permanente de desinfectante residual En muchos países, el hipoclorito de sodio se utiliza tanto en la oxidación como en la desinfección de piletas. Cuando este compuesto se añade al agua incrementa el valor del PH. Es mejor usar cloro como desinfectante y oxidante a PH 6.5. Normalmente, se añade un ácido para disminuir el valor del PH. El cloro mata los microorganismos patógenos presentes en el agua, pero mucho cloro puede causar la irritación de ojos y mucosas de las membranas, debido a las cloraminas. Por eso, es necesario no excederse en la cantidad aplicada. La concentración mínima en piscinas sería de 0.5mg por litro, y el máximo de 1.5mg/l. Cuando se utiliza acido cianhídrico como estabilizador, los niveles mínimos y máximos son, respectivamente, de 2,0 y 5,0mg/L. Para piletas de exterior o cubiertas de menos de 20 metros cuadrados, el nivel máximo es de 5,0mg/L. La reducción de la cantidad aplicable de cloro no es deseable, porque aumenta el riesgo de enfermedades, aunque se pueden utilizar desinfectantes alternativos, disminuyendo o evitando el uso de cloro. La temperatura del agua y el aire en piscinas es normalmente alta. Además también la humedad es alta. Esto repercute en la actividad de los desinfectantes y el comportamiento de las substancias que se originan durante la desinfección. Cuando se usa hipoclorito de sodio, se forma gas cloro debido a reacciones con el ácido que se añade para disminuir el PH del agua, este gas puede ser perjudicial para la salud humana y corrosivo para los materiales.   23/12/2015 ep