La ergonomía, los protocolos y la formación son clave para reducir riesgos físicos y de salud en ámbitos de la limpieza.
La higiene ocupacional integra la evaluación y el control de agentes físicos, químicos y ergonómicos para prevenir lesiones y enfermedades entre trabajadores, con el objetivo de proteger la salud y el bienestar en el entorno laboral.
El sector de limpieza profesional enfrenta riesgos ergonómicos asociados a movimientos repetitivos y posturas forzadas, que pueden causar trastornos musculoesqueléticos. Es importante identificar estos riesgos y planificar medidas de mitigación.
La ergonomía, como ciencia que ajusta tareas y puestos de trabajo a las capacidades humanas, contribuye a reducir lesiones y a diseñar procesos más seguros para los operarios en limpieza, minimizando cargas físicas y promoviendo prácticas de trabajo saludables.
La formación específica para identificar riesgos y adoptar prácticas seguras se destaca como un componente clave para la prevención de lesiones entre el personal de este mercado, enseñando a reconocer señales de tensión física y a aplicar métodos de trabajo más seguros.
Según datos del proyecto internacional ErgoClean difundidos por FM Newsroom, iniciativas de educación y guías prácticas sobre limpieza ergonómica apuntan a enseñar principios que permitan a las empresas y al personal aplicar técnicas que protejan la salud a largo plazo.




