A jugar limpio

Los juguetes deben estar limpios para impedir que los niños no se contagien de ningún virus. Consejos para tener en cuenta. En los hogares donde hay chicos, los juguetes pueden encontrarse en cualquier lugar de la casa: en las chimeneas, al lado de la basura, bajo la cama del abuelo o en el baño. Autos pequeños, muñecas, figuras plásticas y cientos de productos más son parte del mundo fantástico y particular en el que viven los niños. Los sitios donde juegan no siempre son limpios y bien higienizados. Nunca desaparece la amenaza de virus, hongos o gérmenes. Las infecciones, enfermedades o contagios producen gripe, resfriados o infecciones en el estómago. Para prevenir cualquier mal, los especialistas aconsejan que los padres o los adultos responsables asuman la limpieza de los juguetes y del entorno en el que los más pequeños se divierten. Una vez que la diversión terminó, es conveniente que se lave bien cada uno de los juguetes con agua y jabón de glicerina. Si esos productos son de tela o de un material sólido poroso (como un peluche que absorbe luz y líquidos), lo mejor es lavarlo en lavadora o dejarlo a remojo unos 15-20 minutos en agua jabonosa. En el caso que los juguetes sean de plástico o de un sólido no poroso, lo ideal es lavarlos en agua caliente diluyendo un poquito de lejía según las instrucciones y mantenerlos al menos dos minutos para que se desinfecten. Después, aclararlos con agua fría. Un dato a tener siempre presente: leer y conservar bien las instrucciones de los juguetes, pues hay muchos que no se pueden lavar o tienen indicaciones precisas de limpiado. Si son compartidos entre varios niños, como en un pelotero o jardín de infantes, deben lavarse y desinfectarse semanalmente.