CERVEZA PARA CONSTRUIR

Investigadores del Conicet usan residuo de la industria cervecera como componente orgánico para la fabricación de ladrillos.

Los ladrillos de construcción, tanto huecos como macizos, son productos de la industria cerámica, en donde las materias primas utilizadas mayormente consisten en tierras y arcillas humectadas, a las cuales se les agrega aproximadamente 2% en volumen de materia orgánica, para lograr ciertas propiedades durante el proceso de secado del material crudo ya conformado, y que luego del proceso de calcinación a alta temperatura generen la porosidad deseada.
Usualmente la industria ladrillera utiliza como materia orgánica cáscara de arroz o pulpa de papel, pero pueden ser reemplazadas por otras, siempre que no afecten las propiedades del producto final, por lo que utilizar bagazo proveniente de la industria cervecera –de menor precio- es una alternativa.
Aproximadamente 20% del bagazo que utiliza la industria cervecera se vende para alimento para ganado. Buscando como aprovechar el resto un grupo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas del Centro de Tecnología de recursos Minerales y Cerámica (Cetmic, Conicet-Cic), liderado por Alberto Scian, lo incorporó a la cocción de los ladrillos.
Scian, investigador principal del Conicet y director del Cetmic, explicó que cuentan “con científicos que investigan las propiedades de estos materiales y sus comportamientos, y otro grupo que se dedica a la recepción de servicios a terceros que hacemos para la industria”.
El Cetmic se acercó a la Cámara de Fabricantes de Ladrillos Rojos para interesarlos en la iniciativa y, luego de haber pasado satisfactoriamente las pruebas de laboratorio, la siguiente etapa es probar el bagazo a escala industrial en una ladrillera.
El equipo dirigido por
Además de Scian, el equipo está integrado por el gerente técnico del Cetmic, Martín Ducos; y por Matías Gauna, Matias Stabile, Anabella Mocciaro, Ernesto Moyas y Martiniano Picicco.
La disponibilidad de cáscara de arroz es estacional y debe ser llevada desde las zonas de producción (mayormente el litoral mesopotámico) hasta las plantas ladrilleras, por lo que la liviandad del producto y el costo de transporte hacen que las plantas ubicadas en el Gran Buenos Aires y el Conurbano abonen unos $ 1.500 la tonelada. En cuanto a la pulpa de papel, su precio dependerá de su disponibilidad, ya que también se utiliza para hacer papel reciclado.
En cambio, la producción de bagazo de una planta cervecera es muy superior a las demandas de materia orgánica de la industria ladrillera, ya que una planta promedio produce aproximadamente 500 toneladas por día de ladrillos, lo que requeriría 3.600 toneladas por año de bagazo en base seca –cantidad muy inferior a la producida por una planta cervecera grande-, lo que aseguraría una continuidad de abastecimiento.

ep