MUY CHIQUITO Y PODEROSO

La nanotecnología promete algunas aplicaciones que podrían ayudarnos a superar la pandemia.

 

La pandemia de Covid 19 le dio un lugar a los recubrimientos antimicrobianos.


Desde mediados del siglo pasado, cuándo Richard Feynman advirtió que había “mucho espacio ahí abajo” y que en ese lugar la materia tenía comportamientos diferentes de los que desarrolla en el mundo macro, las nanotecnologías se fueron convirtiendo en un campo de investigación y búsqueda de soluciones a los problemas cotidianos.
Las nanotecnologías permiten crear nuevos materiales con usos que no estaban dentro de los cálculos de hace algunos años, a partir de la idea de que las sustancias conocidas tienen propiedades similares a otras en la escala microscópica.
La pandemia de SARS-CoV-2 le dio un lugar, entre otras soluciones, a los recubrimientos antimicrobianos de acción por contacto de elaboración nanotecnológica a partir del dióxido de silicio (que sería simplemente vidrio líquido), para desinfectar superficies al combatir la contaminación por bacterias y virus.
Estos elementos forman una capa de nanopartículas de alrededor de una millonésima de milímetro, que ataca los agentes infecciosos por simple contacto, en todo tipo de superficies, lo que incrementa las posibilidades de higiene, sanitización y desinfección.
La pandemia de Covid 19 generó nuevas necesidades e impulsó otra vuelta a los métodos de limpieza y prevención, sobre todo en los sitios donde es necesario mantener la sanidad de manera constante, como podrían ser los picaportes de las puertas, los pasamos del transporte público y las pantallas interactivas.
Además, los especialistas han considerado que este tipo de tecnología aplicable por método espray o por un paño de microfibra puede colocarse en equipos de aireación, mobiliario, maquinarias, ropa de cama o uniformes.

ep