ANTES DE TIRAR LA BOTELLA

Una empresa constructora de Córdoba hace casas con botellas recicladas, certificadas por laboratorios de la Unsam.

 

El proyecto permite reciclar materiales, generar viviendas de bajo costo y capacitar.


El uso de material reciclado es cada vez más común en la arquitectura. Dado que se trata de componentes no diseñados para la construcción, en muchos casos suele ser necesaria la realización de ensayos para verificar su comportamiento en determinadas condiciones y para evaluar su rendimiento como material aislante.
La empresa constructora 3C Construcciones, de Córdoba, decidió utilizar botellas recicladas como insumo y para eso emprendió la tarea de certificar este material para que se pueda usar para la construcción de viviendas sociales, del programa Procrear y la venta para autoconstrucción.
Este sistema constructivo consiste en un entramado de madera que en su interior tiene conjuntos de botellas de plástico compactadas. Se le realiza posteriormente un recubrimiento interior y otro exterior, que pueden ser placas de yeso o revoque.
De esta manera, se logra hacer una pared con una muy buena aislación térmica que puede ser autoconstruida por los habitantes de barrios de bajos recursos. La empresa también ofrece capacitaciones para la realización de los molones, los conjuntos de botellas compactadas que se pueden comercializar para ser utilizados en otras construcciones.
La estructura de madera para las botellas es autoportante y así se reduce el costo estructural de la vivienda. La construcción de una casa usa unas 50.000 botellas plásticas PET que son recuperadas de la basura y se estima que el costo de una vivienda construida con este sistema es un 40% del costo de una construcción tradicional.

 

En marcha
En 2017, 3C Construcciones realizó la primera casa prototipo en la localidad de Salsipuedes. Posteriormente, varios municipios decidieron recurrir a esta técnica para que personas de barrios vulnerables pudieran contruir su casa y en el municipio cordobés de La Para se concretó la construcción de 25 viviendas con este sistema.
Sin embargo, para poder llevar a una escala mayor el uso de este tipo de materiales es necesario contar con certificaciones que garanticen que son aptos para la construcción. Esto, a su vez, permite que estén incluidos en programas de financiamiento con créditos hipotecarios y de organismos nacionales e internacionales.
Los laboratorios Vivienda Industrializada Argentina y Laboratorio de Materiales del Instituto de Arquitectura y Urbanismo (IA) la Unsam fueron los encargados de la asistencia técnica para las certificación y homologación del sistema constructivo, para lo cual deberán cumplir con las normas IRAM y conseguir el certificado de aptitud técnica. También se propiciaron las conexiones con el INTI para realizar las probetas para los ensayos, explicó Matías Alonso de la Agencia TSS de la Universidad Nacional de San Martín.