COMBUSTIBLE SÓLIDO RECUPERADO

La transformación de los residuos secos que se generan en la CABA y su valorización como combustible sólido recuperado.

El combustible sólido recuperado, no es un tipo de combustible que se haya definido en la Argentina, aunque sí lo está a nivel internacional, destacó Gustavo Fernández Protomastro, director del Grupo Ecogestionar S.R.L. y especialista en el procesamiento de ese tipo de residuos.
El especialista puso especial hincapié en destacar que “no son residuos peligrosos, si bien los hornos cementeros y algunas centrales térmicas usan desechos peligrosos. En este caso son asimilables a los procesos realizados en los centros urbanos, muchos de los cuales se generan en procesos de limpieza o descarte postindustrial”.
Dijo que esos residuos urbanos “son procesados y se obtiene un combustible que es entregado a las plantas cementeras que van a sustituir el gas natural, el gasoil, el coque o el petróleo” y detalló que “hay cinco categorías, en donde lo más importante es el nivel calorífico, los plásticos tienen mayor poder que el papel y los polímeros, los elastómeros, como las gomas tienen más que el plástico”.
Al referirse al proceso que se efectúa en el Ceamse, Fernández Protomastro aseguró que “se concibe un producto para ser usado por la planta cementera, que tiene condiciones específicas, ya que los hornos cementeros Cinkler tienen que seguir fabricando productos de calidad”.
“Deben recibir un combustible homogéneo, para que el producto final mantenga sus propiedades para no afectar la industria. Además, es muy importante el bajo contenido de cloro y mercurio por las posibles emisiones tóxicas, que pueden venir en plásticos o en luminarias, por ejemplo”, añadió.
En la Argentina, los combustibles sólidos recuperados que se logran de los residuos derivados de la ciudad de Buenos Aires se derivan a las plantas de las empresas radicadas en Olvarría, como Loma Negra y Cementos Avellaneda, estableciendo un proceso de logística inversa mediante el envío del incinerable en los camiones que traerán las bolsas de cemento a la ciudad, en un concepto aplicable a la economía circular.
Destacó el especialista, quien fue orador durante la última Expo Clean realizad en Buenos Aires, que “si bien, en el país todavía es un proceso en desarrollo en otros lugares del mundo está totalmente afianzado, como en Holanda, donde 83% de la industria cementera lo utiliza”, y consignó que “otras ventajas son que los restos pueden ser utilizados como compost y, al ser incinerados en los hornos Clinker, se extiende la vida de los rellenos sanitarios”.

28 de septiembre de 2017 – ep