Con las pulidoras, vale el trabajo

Las pulidoras industriales para pisos obligan a una serie de cuidados para su uso, aunque sus resultados los merecen. La mayoría de las pulidoras industriales de fuerza funcionan a 1.500 revoluciones por minuto o más, y alcanza la velocidad máxima a los segundos de ser encendida. Además, la tendencia natural del ser humano es oponer, a una fuerza súbita, igual o mayor fuerza, lo que, en este caso, será un error con posibilidades de convertirse en un accidente. A pesar de esos inconvenientes, estas máquinas son incomparables en su capacidad para dar brillo de espejo a los pisos de superficie dura, con lo cual valdrá la pena aprender a operarlas con habilidad y confianza, ya que un toque suave y ligero hará la diferencia entre el éxito y una lesión. Se comienza colocando la pulidora, desenchufada, cerca de un toma corriente en el rincón más alejado de la habitación y se utiliza una aspiradora para aspirar toda la superficie del suelo a fondo, ya que los residuos que queden podrán complicar más su manejo. Será necesario usar los guantes de trabajo, para tener mayor control sobre las palancas de la pulidora; también habrá que ajustarse el cinturón de trabajo y colocar la botella de spray con la cera para pisos en uno de los bucles. Luego de eso, se enchufará la pulidora en el tomacorriente y, sujetando bien las manijas, se encenderá la máquina, controlando para que no haya movimientos bruscos, manteniendo las manijas a la altura de la cintura. Levantar las manos moverá la pulidora hacia la derecha y bajarlas lo hará hacia la izquierda, con pequeños movimientos. Tras colocar la cera para pisos sobre el suelo en dos o tres puntos hacia adelante, se harán pequeños movimientos de barrido, de lado a lado, mientras rueda sobre la cera en el suelo. Se avanzará unos pasos a la vez, añadiendo más cera, hasta que todo el piso haya tomado brillo profundo.   10 de noviembre de 2016 – ep