EN CÍRCULOS

La economía circular podría reducir hasta un 99% los desechos de algunos sectores industriales y un 99% de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Los seres humanos somos el único elemento de la naturaleza que genera basura. Sólo por poner un ejemplo, cada latinoamericano produce un kilo de basura al día y la región en su conjunto, unas 541.000 toneladas diarias. Esto representa alrededor de 10% de la basura mundial. De igual gravedad que los residuos es el problema de la explotación de los recursos.
En los últimos tiempos se planteo la necesidad de ir hacia una economía circular para reducir los desperdicios, explotar más racionalmente los recursos y cuidar nuestro medio ambiente, ya que según un informe de ONU Medio Ambiente, una economía circular podría reducir entre 80 y 99% los desechos industriales en algunos sectores y entre 79 y 99% de sus emisiones.
Adriana Zacarías, la coordinadora regional de Eficiencia de Recursos para América Latina y el Caribe de ONU Medio Ambiente, explicó a Noticias ONU que la economía circular “Básicamente, sería decir que tenemos que inspirarnos en la naturaleza en donde no existe el concepto de desperdicio. Todo lo que la naturaleza genera es un insumo o alimento para otro organismo”.
Zacarías añadió: “Lo que la economía circular nos dice es que es necesario cambiar la forma en la que actualmente producimos y consumimos, que está basada en una economía lineal de extracción-producción-consumo-desperdicio. Lo que queremos es pasar a una economía circular en la que tenemos que cerrar los ciclos de producción y mantener un flujo constante de recursos naturales”.
“Necesitamos reducir el uso y la extracción de los recursos naturales y esto conlleva la reducción de residuos. Por alarmante que suene, si continuamos con los patrones actuales de consumo y producción y en base al aumento de la población vamos a necesitar tres veces más recursos naturales que los que necesitábamos en el 2015”, añadió.
En la práctica, la economía circular se consigue mediante la reparación, reciclaje, reutilización y refabricación, algo no tan nuevo, ya que la experta recordó cuando existían las botellas retornables que se devolvían a los comercios.
Además, en América Latina 50% de los residuos sólidos son materia orgánica, de la cual 90% se va a la basura y no se usa. “Si pudiéramos poner en práctica la economía circular podría generar nuevos mercados, como la producción de abonos o de alimento de ganado, lo que podría llevar a la innovación y la generación de empleos”.
Llamó a “repensar si necesitamos comprar algo antes de repararlo, si podemos hacer cosas por nosotros mismos, si puedes reutilizar un producto antes de comprar uno nuevo y empezar a cambiar nuestros propios hábitos y movernos hacia estilos de vida más sostenibles”.
Finalmente, consideró que los Gobierno deben poner normas que permitan la instalación de la tecnología necesaria, los incentivos económicos para que el sector privado también pueda moverse más rápidamente a la adaptación de las nuevas tecnologías. Todo ello no significa un costo, también tiene nuevas oportunidades como la generación de empleos verdes.