MÁS ALLÁ DE LA SALUD

Las exigencias que recaen sobre el estado de los baños de un local, justifican que se ponga esmero en su aseo.

Aparte de las repercusiones sobre la salud de los usuarios, no efectuar adecuadamente una buena limpieza de los baños públicos tiene otra consecuencia también muy importante, ya que puede afectar a la reputación del negocio y hacer que los clientes no vuelvan.
Según los especialistas la higiene de los baños repercute muy negativamente en la imagen del centro. Es necesario que su estado, como mínimo, pase desapercibido para el usuario, lo que indicaría que su estado es el adecuado, ya que en el recuerdo de los usuarios siempre van a quedar los aspectos negativos.
Aunque en las instalaciones comerciales se atienda de manera excepcional, si el baño no está reluciente y se ve higiénico, el cliente nunca volverá. Según algunos hoteleros, 80% de los huéspedes afirma que, cuando en los baños hay malos olores o los dispositivos no funcionan correctamente, no volverían.
Si bien, no es sencillo saber qué espera exactamente un cliente, existe un común denominador que es que todos quieren encontrar un baño limpio, agradable a la vista y con un buen aroma.
Un baño limpio habla muy bien del sitio donde está ubicado: que los inodoros, los lavamanos y las paredes se vean claramente limpias, que el suelo no esté manchado y que haya señales de que constantemente es aseado.
La limpieza puede impactar directamente en la reputación de un negocio. Por tanto, si ofrece una imagen ordenada y productiva puede transmitir mucho. Por eso, un baño limpio y con buen aroma hace que el personal, los clientes y los visitantes estén más satisfechos y se fidelicen con la marca.

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