PARA TERMINAR CON LAS RESISTENCIAS

La resistencia antimicrobiana es una de las preocupaciones que tienen las ciencias médicas a la hora de combatir ciertas afecciones de la salud.

 

La Anmat está comprometida y ha desarrollado acciones para dar respuesta a esta problemática.


La resistencia de distintos microorganismos patógenos, como bacterias, virus, hongos, parásitos, a los agentes que se utilizan en salud humana y animal para combatirlos es un fenómeno de enorme y creciente impacto en nuestro medio y a nivel global, lo que se incrementa en contexto de pandemia.
Especialmente en relación con bacterias patógenas, se observa un fenómeno de aparición precoz y rápida diseminación de gérmenes resistentes a muchos de los antibióticos hoy disponibles, limitando las opciones terapéuticas para distintas enfermedades infecciosas.
El uso de antibióticos en cualquier circunstancia puede promover el desarrollo de resistencia, por eso una de las principales estrategias para limitar y contener este problema es la restricción del uso de antimicrobianos a las situaciones en las que sean imprescindibles o insustituibles.
Se trata de una tarea intensa y constante que deben llevar a cabo tanto organismos supranacionales como la OMS o la OPS, estructuras oficiales de competencia nacional, organismos regulatorios, sociedades científicas, instituciones de salud, laboratorios y fabricantes, como así también cada uno de los agentes de salud en su práctica cotidiana.
Los organismos de control y entidades de la salud se han encargado de recalcar que ninguna acción tendiente a limitar la resistencia a los antimicrobianos es pequeña. En la Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) es la autoridad regulatoria, que a su labor habitual ha sumado la importante tarea de control sobre las vacunas contra la Covid-19.
Como autoridad regulatoria nacional, la Anmat está comprometida con el avance de la estrategia de respuesta ante la resistencia a antimicrobianos, y ha desarrollado acciones tanto autónomas como en colaboración con otros organismos oficiales y sociedades científicas y actores del sector privado tendientes a dar respuesta a esta problemática.
En ese sentido, desde 2015 trabaja en el marco de la Comisión Nacional de Control de la Resistencia Antimicrobiana (CoNaCra) coordinada por la Dirección Nacional de Epidemiología, participando del Plan estratégico de respuesta.

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