POLÍTICAS PARA LA BASURA

¿Por qué se recicla tan poco y qué responsabilidad le cabe al productor?

La disposición final de basura no sólo es un problema para el medio ambiente y un aporte más a las emisiones de gas de efecto invernadero, sino que su gestión implica uno de los apartados presupuestarios más voluminosos en el presupuesto de los municipios.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), el año pasado la recolección y disposición de los residuos tuvo un presupuesto de 16.000 millones de pesos, según la Auditoría General porteña, que precisó que 97% de ese dinero fue destinado a la disposición final y 3% para reciclaje.
En un debate sobre la gestión de los residuos en la región metropolitana de Buenos Aires, que se realizó en la Universidad Nacional de General Sarmiento, Pablo Mesa, del Centro de Estudios Metropolitanos, sostuvo que “un basural a cielo abierto puede traer aparejadas unas 35 patologías, entre virales y bacterianas, y cinco de origen químico, que afectan a quienes viven cerca de ellos”.
Según la agencia TSS, el Ceamse calculó que por la composición de la basura, 20% de los residuos son potencialmente reciclables y 40% son orgánicos, “pero se recupera solo 6% de ellos, según el Informe 2012 de la Secretaría de Política Ambiental”, dijo Mesa, quien apuntó que “hay una trampa en pensar que, como los residuos generan recursos, entonces eso se financia solo. No se le suele pedir a la cloacas o a otros servicios que se financien solos”.
Por su parte, Máximo Lanzetta, secretario de Política Ambiental del municipio bonaerense de Almirante Brown, observó: “El reciclado es un sistema que no tiene una fuente de financiamiento genuina. El residuo no comienza cuando tiro un papel en la basura, sino que se inicia cuando el industrial diseña un producto y su consumo implica un residuo posterior”.
“La pregunta es quién se hace cargo del costo de ese residuo, si el consumidor o el productor. En el mundo al que nos queremos parecer se hace cargo, al menos en parte, el productor”, consignó.
“Dependiendo del modelo de desarrollo valen más o menos los residuos. Cuando hay un proceso de expansión industrial, el plástico, el papel y los metales tienen dónde incorporarse. De hecho, todo el sistema informal surgió con el sistema de sustitución de importaciones. Pero en un modelo de desindustrialización valen menos”, dijo Lanzetta.
De los más de 2.400 municipios que hay en la Argentina, sólo 300 pueden hacer la disposición en un relleno sanitario seguro, el resto lo hace en basurales a cielo abierto con controles muy disímiles.